Un buen Paciente - Cirugía Estética

» Es importante para el paciente hacer una sincera autoevaluación de los motivos que lo conducen a la cirugía y no depositar falsas expectativas en la operación:


Un buen paciente es aquél que busca una solución concreta a un problema estético; aquél que desea cambiar o mejorar su aspecto por él mismo, no por los demás; aquél que quiere estar a gusto consigo mismo y solucionar o mejorar un determinado rasgo físico que quizá le hace sentirse acomplejado y sabe que existe la posibilidad real de solucionarlo. Pero nunca porque pretenda con el cambio arreglar un problema personal: rupturas matrimoniales, depresiones, carencias afectivas... Es importante para el paciente hacer una sincera autoevaluación de los motivos que lo conducen a la cirugía y no depositar falsas expectativas en la operación, tales como recuperar una pareja, o tener más éxito laboral o en las relaciones interpersonales.

Pensamos que es indispensable hablar detenidamente con el paciente y conocer el motivo real por el que quiere operarse, si para mejorar estéticamente o para resolver algún problema de depresión o ansiedad. En la mayoría de las ocasiones, un problema psicológico no se resuelve tras una intervención. Sólo se acaba un trauma psicológico cuando es el defecto físico el que directamente lo ocasiona.

Asimismo, es importante que el paciente este al tanto de la existencia de enfermedades o trastornos psicológicos que producen en la persona una visión errada de su cuerpo o una de sus partes, con exageración de algún defecto físico real o imaginado, lo que lleva a una preocupación y ansiedad constante y a la búsqueda de las cirugías estéticas como forma de solucionar el problema. Este trastorno ha sido llamado "Dismorfofobia" o "Trastorno Dismórfico Corporal". Para dar un ejemplo de la implicación de este tema en Cirugía Estética, se puede decir que estudios realizados calculan que aproximadamente un 20% de las personas que se practicaron Rinoplastía tiene un posible diagnóstico de Trastorno dismórfico corporal. Dada las características de este trastorno, no es de extrañar que sean los Cirujanos Plásticos, entre otros, los profesionales que atiendan en sus consultas a un mayor porcentaje de pacientes aquejados por este trastorno. La Dismorfofobia puede llevar a una adicción a las cirugías estéticas, ya que si bien el paciente busca la solución o el mejoramiento de ese "defecto", nunca se siente conforme con los resultados obtenidos, por lo que puede recurrir una y otra vez a múltiples cirugías, persistiendo el problema, ya que las cirugías no pueden corregir la percepción que el paciente tiene de su cuerpo.

Asimismo, un buen paciente, es aquel que se informa profundamente sobre los riesgos que implica practicarse una cirugía estética, los debate con su cirujano plástico, familiares y seres queridos y toma en cuenta sus opiniónes al llegar a una decisión. No tomar decisiones apresuradas o a último momento, leer los consentimentos informados de las cirugías con la debida antelación y tomarse tiempo para meditar son puntos muy importantes a la hora de pensar en una cirugía plástica.

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